Una de las mejores opciones para descubrir rincones increíbles de Ibiza y Formentera es por mar. En barco podrás recorrer la costa y llegar hasta calas poco concurridas, ver paisajes espectaculares… o simplemente, dejarte mecer por las olas mientras tomas el sol con una copa en la mano. Alquilar un barco está al alcance de todos. No te pierdas esta oportunidad.
"¿Por dónde empiezo?" Antes de hacerte a la mar, tienes que tener en cuenta varios aspectos: el precio, la embarcación, el presupuesto, el tiempo, la agencia de chárter, qué está incluido en el precio, etc. Para hacerte más fácil esta tarea y disfrutar de un alquiler seguro, a continuación te vamos a dar algunos consejos.
En primer lugar, los únicos barcos de recreo que pueden llevar a cabo la actividad de chárter legalmente son aquellos que están en lista 6ª. Cualquier otra embarcación con una lista diferente estará realizando una actividad ilegal y, por ejemplo, en caso de accidente el seguro no cubriría los daños, entre otros problemas que se derivan de esta práctica.
En segundo lugar, es muy importante saber de qué presupuesto dispones para alquilar el barco. Ibiza es uno de los lugares del mundo con más oferta de embarcaciones de chárter y existen opciones para todos los bolsillos. Ten en cuenta que cuanto mayor sea la embarcación, más elevado será el precio. Fíjate bien qué incluye el precio. El combustible y el patrón no suelen estar incluidos en el alquiler de embarcaciones de pequeña eslora; las de media y gran eslora lo suelen incluir. Además, los servicios extras (juguetes náuticos, catering, etc.) no vienen incluidos por regla general.
Por otro lado, conocer el número de personas que irán en el barco es crucial para elegir un modelo u otro. La capacidad máxima de personas a bordo son 12, incluyendo adultos, niños, bebés y el patrón (en caso de que necesites contratar sus servicios). Sin embargo, a veces, las embarcaciones de media y gran eslora tienen el patrón y parte de la tripulación enrolados y no cuentan a efectos de capacidad máxima.
Para pilotar un barco hay que tener la titulación necesaria (ver Los títulos náuticos recreativos), en caso contrario se deben contratar los servicios de un patrón profesional. Como ya hemos comentado anteriormente, los honorarios del patrón (que varían según la empresa) no suelen estar incluidos en el precio final, pero, de nuevo, dependerá de la eslora de la embarcación, ya que en las embarcaciones de media y gran el precio incluye el patrón. Te aconsejamos que te informes bien previamente para evitarte sorpresas y disgustos.
"Entonces, ¿qué barco elijo?" Tienes a tu disposición una gran variedad de opciones: velero o motora, intraborda o fueraborda, neumática o rígida… Un gran abanico de posibilidades que depende de ti. Nuestro consejo. Elige una embarcación que se adapte a tus posibilidades, donde tú y tus acompañantes estéis cómodos. El año de construcción es importante en una embarcación, pero aún lo es más el estado de conservación (tapicería, casco, extras diversos como neveras, radio, plotter…), así como las prestaciones del motor. Si no es una barca muy nueva (menos de 4-3 años) es importante que te fijes en la fecha del último refit. En este aspecto, también te aconsejamos que leas los comentarios de otros clientes sobre el barco y el armador (propietario del barco).
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Finalmente, el punto de embarque es uno de los aspectos que se suelen pasar por alto cuando se alquila un barco. Hay dos maneras de tener un barco en el agua: en un amarre o en una boya (que puede ser legal, hay muy pocas, o ilegal, la gran mayoría). Los alquileres de barcos en boya son más baratos que los alquileres de barcos en un amarre, pero no por ello es lo mejor para el cliente. Poder embarcar desde un amarre en un puerto te garantiza agilidad, comodidad y seguridad, además de contar con los servicios que el puerto deportivo pone a tu disposición: aparcamiento, baños, agua potable, electricidad, bares, restaurantes… El acceso a un barco fondeado en una boya es siempre difícil y peligroso, sobre todo en caso de mala mar o si hay menores o personas con problemas de movilidad a bordo. Por todas estas razones, te recomendamos siempre alquilar un barco que esté amarrado. A veces, pagar un poco más es la diferencia para empezar con buen pie tu día en el mar.